[Trad] Keyword ♚♔ Capítulo 1


Título: Keyword
Autor: Micah
Trad.: _AntoinetteBlue
Personajes: Yoosu (principal), Yunho, Jaejoong, Changmin
Rating: PG-13
Género: Angst

''Park Yoochun fue obligado a entrar al mundo de los negocios cuando el sólo estaba interesado en la música; fue forzado a un matrimonio sin amor cuando él ya tenía al amor de su vida. Yoochun no esperaba que le empezara a tomar cariño a su esposo… pero más aún, él no esperaba descubrir la verdad que podría alejar por siempre sus oportunidades de un “felices por siempre”.''

Cita: “La palabra clave… es la palabra entre “Yo” y “Tu”. 
(N/T: En ingles “te amo” se escribe “I love You”, de ahí viene la palabra clave ^^)



“Tan sólo anoche decías lo mucho que me amabas, lo mucho que querías pasar el resto de tu vida conmigo”

Bajó su cabeza. “Lo siento.”

“Y luego, en menos de 24 horas, me dices que todo se acabó entre nosotros?”

Sus ojos se humedecieron.“Lo siento.”

“Y en 48 horas más te casarás con otro?”

Apretó sus manos. “Lo siento.”

“¡No quiero escuchar tus disculpas! ¡Quiero oir tus explicaciones! ¡Quiero oir tus razones! ¡Por último dame una razón para que no te odie, para poder seguir amándote!

Sus lágrimas comenzaron a caer. “Lo… siento.”

Y se volteó para alejarse del amor de su vida.


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Ni iglesia, ni esmoquin, ni luna de miel; sólo un pedazo de papel y un anillo, un anillo tan costoso y tan hermoso, pero aún así repugnante para los ojos de Park Yoochun. Se quitó la banda de plata de su dedo y con un movimiento de su muñeca la lanzó a un lugar desconocido de su oficina.

Frunciendo el ceño, lo cual se ha convertido en una expresión muy fácil para sus cejas, Yoochun hace un tercer intento por concentrarse en las pilas de papel que hay en frente de él.

Un sonido en la puerta no detuvo a sus ojos de la captura de cada palabra del papel. Ni los suaves pasos lo hicieron mirar hacia arriba.

“Te hice algo de té y una tarta de arroz,” el nuevo llegado habló con una voz suave única.

Yoochun no reaccionó. Continuó leyendo.

“Lo dejaré en la mesa para ti. Por favor, recuerda comerlo.”

Después de colocar la bandeja en la pequeña mesa, la persona abandonó la oficina. Cuando escuchó el click del cerrar de la puerta, Yoochun dejó de fingir que leía.

Miró el té y la tarta de arroz. No podía recordar el rostro de la persona que lo había dejado ahí. Sí, ellos oficialmente han estado casados por dos días. No, Yoochun no podía traer a su mente la imagen del rostro de su esposo.
Claro, Yoochun había mirado a su esposo una o dos veces el día en que tuvieron que firmar esos horribles papeles de matrimonio. Pero esas miradas no habían durado más de dos segundos.

Yoochun no podía soportar mirar la cara de nadie en la familia Kim. Ante sus ojos, ellos siempre serían repulsivas existencias con rostros empañados por la codicia y el pecado. Eran personas que podrían usar el dinero para cumplir sus propósitos, sin importar si sus acciones podrían herir a otras personas… o arruinar el que fue un amor perfecto de la que fue una pareja feliz.

Alejando los dolorosos pensamientos, Yoochun regresó a su trabajo.

Dos horas después, el té y la tarta de arroz aún se mantenían intactos. Yoochun estaba hambriento, pero se rehusaba a comer algo que un Kim había cocinado. Bajó las escaleras para cocinar su propia comida… sólo para él.

“El dinero no debería ser una razón para quitarle la educación a un estudiante. La economía está bastante mala este año. Aumenten a dos mil la cantidad de becas escolares y envíen diez becas más para estudiantes que las soliciten. Yo lo pagaré. No, no es necesario mencionar mi nombre. Tan sólo ponlo a nombre de tu compañía. Gracias, estamos hablando. Adios.”

Yoochun no pretendía escuchar a escondidas, pero las palabras se filtraron fácilmente en su mente. Pretendió no haber escuchado ni una palabra y caminó a través del largo living para llegar a la cocina.

Su esposo había colgado el teléfono y lo siguió. “¿Tienes hambre? Puedo prepararte la cena.”

Yoochun ignoró el ofrecimiento y abrió el refrigerador para seleccionar ingredientes. Sabía que su esposo estaba parado pacientemente en la puerta, pero prefirió ignorar su presencia.

“Estaré en el living por si necesitas algún tipo de ayuda”

Yoochun aún no se giraba cuando escuchó los pasos alejarse de la cocina.

¿Becas escolares? ¿Aumentarlas a dos mil? ¿10 becas escolares más?

¿El esposo de Yoochun no era la persona que él pensaba que era? ¿Su marido no era como él cínico de su padre que obligó a Yoochun a casarse con su hijo? ¿Estaba equivocado Yoochun por odiar a toda la familia Kim, especialmente a su esposo, por lo que su suegro le había hecho?


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Después de cocinar una comida simple, la cual comió en la cocina solo, Yoochun tomó su chaqueta y abandonó la mansión. Se preguntó si debía ir a un bar por un par de horas y regresar a su hogar… no, regresar a la “casa” apestando a alcohol y perfume. Eso seguramente haría que su esposo tuviera un ataque. 



Pero entonces Yoochun se preguntó si su esposo tenía temperamento. Por dos días, desde la primera vez que se conocieron para firmar el acuerdo de matrimonio, Yoochun ha ignorado a su esposo. No ha hablado ni una palabra ni menos han tenido contacto visual. De hecho, su esposo no se queja ni grita como el mocoso que Yoochun esperaba que fuera.



No, no debería ir al bar. Yoochun tenía sus propios principios. Odiaba el hecho de que estuviera casado con alguien que no conocía, que no amaba, pero no iría a torturar su cuerpo con alcohol y humo para lograr irritar a su esposo.



Entonces, ¿qué debería hacer?
Desde luego, él no podía hacer lo que él QUERÍA hacer. Pero lo hizo igual. Llamó a un taxi y tomó el viaje de quince minutos hacia el apartamento al que solía llamar su segundo hogar. 
Quince minutos después, ya le había pagado al conductor y estaba parado en la fría calle mirando hacia la ventana del departamento. Las luces aún estaban prendidas y vio el movimiento de una sombra. Cuando Yoochun vio que su amor había salido al balcón –como ellos solían hacerlo en el pasado- rápidamente se ocultó en la oscuridad de las sombras para no ser visto. Pero su amor no miró hacia abajo para buscarlo.



Su amor estaba mirando hacia el cielo, contando las estrellas tal como solían hacerlo juntos.



[Flashback]

“¡Vamos a contar estrellas esta noche!”

“¡Nunca seremos capaces de contarlas todas!”

“Bien, entonces nos sentaremos aquí abrazados hasta que seamos capaces de contarlas todas.”

“Pero eso…”

“Eso significa “nunca”. Así como nunca terminaremos de contar las estrellas, entonces yo nunca te soltaré.” 

“¡Entonces estarás pegado a mi por siempre!”

“Amor, por siempre no parece ser suficiente.”

[Fin del Flashback]


Pero ellos no duraron por siempre. Porque Yoochun se había soltado. Por el bien de su familia, por el bien de la compañía, se había soltado.

Yoochun sintió sus ojos humedecerse al igual que los ojos de su amado mientras miraban las incontables estrellas del cielo.

“Lo siento”, suspiró Yoochun.

-=-=-=-=-=-=-=- 

Eran las tres de la madrugada. Yoochun había estado parado en las sombras observando a su amor por dos horas hasta que su amor decidió abandonar el balcón. Entonces, ya que era muy tarde para tomar un taxi y porque simplemente no quería regresar temprano, Yoochun caminó el largo camino de regreso a la mansión

Cuando llegó, vio un cuerpo recostado en el caro sofa. Inconscientemente Yoochun caminó hacia él para observarlo mientras dormía.

Por primera vez, Yoochun observó cuidadosamente los rasgos de su esposo. Tenía facciones suaves, pestañas largas que complementaban sus ojos cerrados, una nariz pequeña y labios definidos. Su piel era suave y perfecta. Parecía un ángel.

No se parecía en nada a su padre. No se parecía en nada al mocoso consentido que Yoochun esperaba que fuera.

De hecho, Yoochun deseaba que Kim Junsu fuera un mocoso consentido. Así sería fácil odiarlo. Pero a este ángel, que lo había tratado tan gentilmente aún cuando Yoochun se rehusaba a reconocer su existencia, no era fácil odiarlo.

Dale una oportunidad, consideraba Yoochun.

Cuando escuchó el movimiento pestañeó para dejar de mirar esa cara angelical. Su esposo había despertado y estaba sentándose.

“Lo siento; Se supone que te esperaría pero me quedé dormido. Yo…”

“Ve a tu habitación a dormir”, Yoochun habló con un tono aburrido, ligeramente teñido de una falsa molestia. Se volteó para subir las escaleras para dirigirse a su oficina, el mismo lugar en dónde había dormido la noche anterior.

Apenas terminó de subir las escaleras, la suave voz desde el primer escalón dijo: “Tienes una linda voz.”

Yoochun dejó de caminar, pero no se volteó a mirar a su esposo. Sorprendido por el inocente tono del otro hombre y casi sin palabras por la fatiga, Yoochun consideradamente respondió: “Ve a dormir”.


-=-=-=-=-=-=-=- 



Yoochun salió de la gran compañía hacia las oscuras calles. Pasó todo el día ahí, incluso después de que todos los trabajadores se fueron. Había terminado tres días de valioso trabajo y ya había renunciado a tratar de estar ocupado.

Viendo lo tarde que era, reflejado en el reloj, Yoochun sintió la urgencia de regresar a su amor otra vez. Quería regresar a la oscuridad de las sombras que lo habían escondido ayer, pero la lluvia amenazaba con arruinar sus planes.

Murmuró una maldición cuando la lluvia comenzó a caer más fuerte. Justo cuando iba a dar el primer paso hacia la lluvia, vio a una persona correr hacia él con un gran paraguas.

Cuando la persona llegó al lado de Yoochun, el paraguas fue levantado más alto para mostrar una angelical sonrisa. “Hola, no creí que hoy traerías tu paraguas así que vine a buscarte.”

Por instinto, Yoochun quería agradecerle a su esposo. Pero de inmediato se detuvo y volteó bruscamente. Se paro ahí con sus manos en los bolsillos y con los ojos mirando hacia el frente, pareciendo que prefería quedarse ahí y esperar a que la lluvia parara antes que compartir un paraguas con su esposo.

“Yo… te traje otro paraguas para que no tuvieras que compartir uno conmigo,” él habló de nuevo.

El mayor no pudo ayudar, pero se giró para ver la sonrisa angelical con una expresión perpleja. Su esposo le paso el paraguas ya abierto y le hizo señas para que lo tomara. Mudo, Yoochun aceptó el paraguas.

El hombre un poco más bajo se alejo para abrir el otro. Se alejó un paso de Yoochun para prevenir que ambos paraguas chocaran. Esto dejó un gran espacio entre ellos.

“¿Estás listo para irte?” le sonrió amablemente a Yoochun otra vez.

Yoochun se volteó para romper el contacto de ojos de más de dos segundos. Miro a su alrededor y comenzó a caminar bajo la lluvia. 

Su esposo lo siguió caminando detrás de él, no a su lado, si no que detrás.

Aún habían muchos autos en las calles y el estacionamiento estaba al frente de la compañía. Se pararon en la acera esperando por la luz roja sin decir una palabra.


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