Título: Error Forzado
Autor: Karen Park (Daria_69)
Parejas: YooSu, YooSuMin, YunJae
Rating: PG
Género: Escolar, Romance, Humor, Lemon.
Cita: "¿Para qué están los amigos? - Para ayudarte a engañar... obvio"
Capítulo 2
¿Han
sentido alguna vez ese dolor de cabeza post borrachera que te hace querer
asesinar a cualquier ser viviente que se cruce en tu camino?, ¿sí?, pues para
Junsu era la primera vez. Y después de estar media hora intentando abrir los
ojos y otra media hora probando la irrisoria idea de "el ancla" para
hacer que la habitación dejase de girar, supo que también sería la última.
Debía
ser ya medio día, porque el sol que entraba por la ventana estaba pegando
demasiado fuerte. Sintió la irrefrenable sensación de vomitar hasta el hígado,
pero se contuvo. Era más fuerte el susto y estupor de lo que había hecho la
noche anterior que las náuseas que sentía. Y es que todo le parecía demasiado irreal;
era como si, de alguna extraña manera todo se hubiese confabulado para ponerlo
en el lugar indicado la hora correcta.
rató
de enderezarse pero un pesado brazo se lo impidió. ¡Dios, aún estaba con él!
Ahora menos que nunca podría vomitar. ¿Qué clase de primera impresión sería
esa? Intentó calmarse y recordar bien lo que había ocurrido la noche anterior,
pero sólo tenía imágenes entrecortadas en la completa oscuridad, y vagos
recuerdos de las sensaciones de esa noche... y, al parecer habían sido geniales.
O por lo menos así se sentía.
Fue
una suerte que ese día hubiese decidido salir a caminar por el área donde se
encontraba la mansión Shim... ¿a quién trataba de engañar?, al menos tres veces
por semana caminaba durante horas por los alrededores de esa casa sólo para
probar su suerte y ver si es que podía divisar la sombra del tipo que le
quitaba el sueño; y ese día no había sido la excepción.
¿Quién
hubiera podido predecir que ese día Changmin estaba dando una fiesta? y aún
más, ¿quién hubiese pensado que justo en el momento que daba su tercera ronda
por la cuadra, Changmin iba a salir por la puerta principal, mirarlo, sonreírle
con esos labios que le hacían perder el juicio, para después invitarlo a
entrar? Si Junsu no fuese un hombre de Dios, y que, por paradojas del destino,
también creía y se apoyaba en la ciencia, de verdad creería que todo esto era
parte de su destino... de su estrella regente, del Viejo Pascuero o hasta del
pusilánime ratón de los dientes.
Llevaba
más de tres años babeando por Shim Changmin, y éste nunca le había dedicado
siquiera un segundo de su atención. Se había enamorado a primera vista de ese
"hermoso príncipe de hielo" como le llamaban en el colegio; aun
cuando para él, Changmin podía ser considerado cualquier cosa, menos frío, dado
que la noche anterior le había demostrado que no era nada más que fuego, ¡Dios!
había sido una de las mejores de su vida... o por lo menos así lo creía.
A
decir verdad, se había puesto tan nervioso cuando Changmin lo había recibido
poniendo uno de sus enormes brazos sobre sus hombros, que apenas éste le
ofreció algo para beber, lo tomó entre sus temblorosos dedos y bebió el
contenido del vaso de un sólo golpe: grave error. Ese vaso de alcohol fue el
detonante y lo convirtió en una especie de bebedor compulsivo, probó todo lo
que estaba a su paso, como si fuese un bebedor experto, lo cual obviamente no
era, y terminó tan embriagado que Changmin se había ofrecido, amablemente, que
se recostase para que pudiese salir de su estupor etílico.
No
recordaba bien lo que había ocurrido, pero si recordaba haber besado a
Changmin. Cuando éste lo había dejado en la casa del árbol y le indicó que le
traería un vaso con agua se armó de valor para su siguiente movida, y había
sido así. Nada más al ver la sombra que se acercaba a su lado sosteniendo un
vaso con agua se había colgado de su cuello y lo había besado frenéticamente;
es decir, ¡él había dado el primer paso! y no se arrepentía. Daba gracias al
alcohol por haberle dado la confianza para abalanzarse sobre Min -como le
llamaba cariñosamente en sus sueños- ya que, probablemente, nunca se hubiese
atrevido estando sobrio.
Seguía
cavilando y recordando -dentro de lo que se podía- la noche anterior, cuando
sintió como su compañero de cama se movía. Moría de vergüenza tan sólo con
pensar cómo lo saludaría, pero estar de espaldas a él, le daba un poco de
ventaja para calmarse un poco.
Dado
que Changmin no volvió moverse, decidió esperar un poco más antes de enfrentar
la realidad. Así, disfrutaba de su calor y planeaba algo inteligente que
decirle. Daba gracias al cielo que aún llevase puesta su ropa interior, la que
probablemente se puso después de terminar de... bueno, después de terminar,
porque sino esto sí que sería doblemente vergonzoso.
Después
de lo que creyó, había sido una eternidad, sintió que Changmin se removía y
estiraba. Pensó que iba a ser rechazado y que probablemente Min trataría de
ignorar lo que había pasado, pero se llevó una gran sorpresa al notar los
labios de su amor dándole un tierno beso en el desnudo hombro. En ese momento
sintió que el piso desaparecía y su corazón empezó a latir con más fuerza de la
que esperaba, eso era un buen indicio, así que decidió que era mejor enfrentar
la situación de una vez por todas. Cerró sus ojos y giró lentamente,
extrañándose de que su cuerpo no doliera ni molestarse en el lugar que debería
después de su primera vez. Volvió a moverse y al comprobar que no había rastro
de dolor sonrió para si mismo pensando en cuan considerado y preocupado debió
haber sido Changmin con él para que hoy no tuviese molestia alguna. Yunho hyung
era un exagerado, o bien un desconsiderado con sus parejas, esto no dolía nada.
Aún
con los ojos cerrados, finalmente se puso frente a su amado. Inhaló y sintió
por primera vez de cerca el olor de Changmin; una mezcla exquisita entre
perfume y sudor y le pareció el mejor aroma del mundo.
Tras
un rato, tomó un poco de valor y puso su brazo sobre el pecho de Min y comenzó
a reconocer territorio. Lo de la noche anterior había sido increíble, pero
ahora, con sus cinco sentidos puestos sobre él, era mucho mejor. Decidió que la
ocasión no ameritaba vergüenza ni decoro y comenzó a trazar el contorno de sus
tetillas con la punta de los dedos y sintió cómo estas se endurecían ante el
roce. Al parecer Changmin disfrutaba de este jugueteo porque, ahora claramente
despierto, había soltado un audible suspiro. Sonrió por su respuesta y decidió
que tal vez podría ser un poco más atrevido. Lentamente comenzó a bajar su
mano, trazando con sus dedos el abdomen y el contorno del ombligo. Justo cuando
su mano comenzaba a levantar la pretina del boxer de Changmin, sintió como éste
tomaba su muñeca.
- Me
encanta tu entusiasmo por la mañana, pero creo que antes de seguir, sería bueno
que al menos me dieras el beso de buenos días ¿no?
-
¡¿QUÉ MIERDA?!
Junsu
abrió los ojos de golpe y del susto saltó de la cama y cayó de trasero al
suelo. El golpe le había dolido bastante, pero éste no le había sacado del
estado de shock en el que se encontraba, pues la persona a la que correspondía
esa voz, la persona a la que había estado tocando lascivamente y la persona a
la que -al parecer- la noche anterior había confundido con su amado Changmin,
no era otro más que el idiota más grande y más narcisista del planeta...
-
¡PARK YOOCHUN! ¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO AQUÍ?
- ¿Tu
qué crees pastelito? ¿acaso ya olvidaste lo que pasó anoche?
Sí,
era oficial; Junsu era un imbécil profesional; y la noche anterior, en un
arranque de estupidez, le había entregado su virginidad a Park Yoochun, su creído
y sobrevalorado compañero de clases. ¿Alguien tiene una pistola que le pudiese
prestar por un momento? Sólo dos balas le bastarían... espera...
- ¡¡¡¡¡¡¿¿¿¿PASTELITO?????!!!!!!!
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